Caracas, año 2033. Alain Barral parece tener un trabajo estable y una vida cómoda. Sin embargo, su mente está anclada al pasado, en el que siempre están en primer plano sus tres amantes del colegio: Cacá, Loló y Eli. Con ellas tuvo rutinas sibaritas, llenas de excesos sexuales, de fiestas y sustancias ilícitas, en lo que parecía ser una vida sin rumbo, a pesar de las “buenas calificaciones”. Entre esos recuerdos, Alain no supera el de la muerte de Eli. Y en su presente nostálgico aparece Salvador Grasso, un periodista que remueve ese pasado y se propone esclarecer un asesinato, mientras se enamora de Alain, a la par que encuentra pistas reveladoras.
La historia ya existía impresa, firmada por el celebrado autor venezolano Eduardo Sánchez Rugeles, premio Arturo Uslar Pietri 2010, y lleva el mismo nombre: “Jezabel”. Su versión cinematográfica está a cargo de Hernán Jabes como director (artífice de “Piedra, papel o tijera”, entre otros trabajos de renombre) y de Adrián Geyer y Ruben Sierra Salles como productores junto a Silvia Sánchez Caballero, Marianella Illas, Sergio Lazarov, Hernan Jabes Águila, Adrián Geyer, Omar Ganem, Geraldine Blanco y Rodolfo Cova como productores ejecutivos y a Matthias Ehrenberg y Samer Assef como Productores Asociados. Es una producción de AG Films en coproducción con Santos Films, Wonderbox, Foprocine, Picture Lock, Río Negro y Latido Films.
Está protagonizada por Gabriel Agüero como Alain Barral, Eliane Chipia como Eliana Bloom, Shakti Maal como Carmen Casas (Cacá), Johanna Juliethe como Lorena López (Loló) y Erich Wildpred como Salvador Grasso. Actúan también Diana Volpe como Nina Mathinson, Armando Cabrera como el padre de Loló, y María Conchita Alonso como la madre de Alain. La dirección de fotografía es de Gerard Uzcátegui y la dirección de arte de Alfredo Correia, con música del maestro Tomás Barreiro y temas de la banda venezolana Famasloop.
Sin moralismos ni censuras
“Para mí ‘Jezabel’ habla de impunidad, de poder y dominio, de engaño, de maldad”, comenta el director del filme Hernán Jabes. “Es una película que carece de moralismos y censuras. Es incómoda, cruda, oscura y, en general, gusta mucho, pero también impacta. Y, más allá de eso, genera debate, discusión y eso me encanta. Además, todo ese contexto sombrío es embellecido magistralmente con la dirección de arte de Alfredo Correia.
“El sexo en ‘Jezabel’ es usado como un elemento de poder, y además representa el despertar sexual como un acto de rebeldía salvaje y lujuria. Creo que la película genera discusión en esta época de hipocresía social, hoy que estamos en la construcción de una nueva moral que todo lo ‘cancela’, donde todo es juzgable. Cuando estamos tan encandilados por la luz de una sociedad que te vende todo tan maravilloso nada ilumina. En cambio, en una historia tan oscura como esta, una pequeña chispa ilumina todo".